domingo, 10 de julio de 2011

Que pienso de la política

Generalmente trato de no hablar de politica, en mis largos años he llegado a la conclusión que la política es un gran acuerdo nacional.
Los actores pueden cambiar, los hechos y circunstancias pueden ser distintos pero sin ninguna duda llegan a igual término: la imposibilidad de cumplir con las promesas de campaña.
Algún político en principio me había ilusionado por sus denuncias, por la calidad de su dureza e incorruptibilidad, pero el tiempo me demostró que tampoco llegó a buen fin.
Otros, son oportunistas, aprovechan desaciertos de la oficialidad para hacerse los salvadores del sistema, olvidando la ineptitud innacta de su pasado, presente y futuro.
Y por supuesto no hay que olvidarse de los señoritos “bian”, que se pasean besando pobres, y prometiendo solucionar problemas barriales, cuando en realidad sólo piensan en lo redituable o no de las empresas tercerizadas, contratadas para hacer trabajos, que en algunos casos ni se empiezan.
Y sí, para mi modesto entender, la política, de esta manera es un juego perverso disfrazado de democracia.

Mi viejo

Fueron contadas las veces que mi viejo me dijo te quiero. Nunca hubo entre nosotros expresiones grandilocuentes de amor efusivo. Claro que yo quería que fuese más expresivo. No está mal –pensaba- escuchar una palabra directa al corazón. Sentir un beso, un abrazo. Ser cómplices y amigos. Mi necesidad fue reclamo. También motivo de terapia, sin imaginarlo. Mucho me costó darme cuenta que su no demostración no significaba falta de cariño. Era cuestión de madurar la relación. Tomar distancia y advertir su manera no convencional e imperceptible de quererme. Al final comprendí que entre mi viejo y yo sobraban las palabras. Repaso mi historia y no hay día en que no me haya sentido acompañada. No me importa no tener un padre que me endulce los oídos. Me importa saber que podré contar con el toda la vida, incondicionalmente.

Autor anónimo

El amor cotidiano

A veces me pasan por la cabeza distintas vivencias, que de alguna manera me llegan e impactan directo al corazón.
Creer en el amor es algo que todavía tiene prejuicio, a veces teñido de orgullo.
¿Podría vivir sin sentir la sensación de estar enamorada y aún más sentirme amada? No.
Este camino tortuoso que me toca transitar, sólo tiene un único fin que es la irremediable búsqueda del amor.
Sin embargo, a veces cuando lo encuentro, después de pasados los primeros arrobamientos, y dispuesta a convivir, para llevar a cabo mis ilusiones, me encuentro que empiezo a descubrir que el ser que tengo a mi lado es humano, que no se viste con capa y espada, y menos aún tiene un caballo brioso que hace cabriolas de felicidad cuando me ve.
Le interesa comer, tener su ropa limpia, abrir la heladera y encontrar su vino predilecto. Y de pronto, tiene todas las miserias juntas, eructos, gases, mal aliento, etc. etc.
Y pretende que siga enamorada, cuando la ardua tarea es aguantarlo.
Pero, cuando duermo lo veo como a un niño desamparado y lo sigo amando como siempre. Es mi hombre, el que me cuida, el que me mima cuando descubre una sombra en mi mente.
Y todo lo que de pronto obscureció mi entendimiento desaparece.
El está ahí, al alcance de mi mano, la mitad de la cama no está vacia.
Descansa mi amor todo está bien, yo tampoco soy Blancanieves.

miércoles, 6 de julio de 2011

Un dia especial . Realidad o sueño?

Era una mañana común con el clima clásico de nuestra querida Buenos Aires.El sol se encontraba indeciso, aparecía de a ratos como para no comprometerse demasiado con el cuadro de la vida, mientras las nubes, eternas compañeras de parrandas, lo ayudaban a jugar a las escondidas bajo el ritmo calmo que precede a las tempestades.
Ese día particular, me había levantado esperando una señal.
Salí sin rumbo.Recorri los alrededores.Escuche frases entrecortadas de la gente que pasaba a mi lado. Jugué a adivinar el contexto en que sstaban dichas. Mi imaginación no tiene límites y me agrada el rincon de fantasia que de vez en cuando me fabrico. Con alegría y tristezas entretejo una telaraña de situaciones.
Recuerdo que miré a lo lejos y mi mirada se cruzó con otra, no le dí importancia hasta
que el dueño de aquellos ojos, se encontraba a mi lado, con bicicleta incluída, diciéndome no se que cosa. Me estaba sucediendo algo distinto. Por fín, rompía con la rutina, Me resultó hasta casi cómica la situación. Se que terminé dándole mi teléfono, casi sin pensar.
Estabs intrigada y a la vez de buen humor. Ese incidente me cambió el día.No lo podía creer,yo, en uno de mis peores días, sin arreglar, había despertado la atención de un hombre?
Al principio, pense que era una cargada, que me había confundido, o que tenía graves trastornos en la visión-
A lo mejor era la señal que esperaba. Para evitarme el dolor de la verdad, pronto lo saque de mi cabeza. Era suficiente con el momento vivido y tenía que preparar la fiesta de mi cumpleaños.
No la pasé muy bien, era un día como cualquier otro y de pronto sentí la soledad de la noche.
Cuando desperté el lunes me acordé de ese desconocido y comencé a odiar el silencio de los teléfonos.
Era pasadoi el mediodia, y me mataba la espera. Decidí ir al cine, elegí la películo Sexto Sentido, casualmente relacionada con experiencias que entran en el rumbo de lo desconocido.
Al final del expectáculo el público aplaudió, a mi no me nació hacerlo. Lo único que me interesó del film fue el desenlace.
Llegué a casa y pensando en la película, me había olvidado por completo del llamado que esperaba.
Suena mi blanco amigo, atiendo y escucho una voz desconocida "Soy Alberto", no me acordé, agrega "el ciclista". Un sudor frío recorrió mi cuerpo. Por suerte, pensé, por teléfono no se va a dar cuenta. Cruzamos pocas palabras y en media hora se concretó una cita.
Todavía no se por que razón, se me ocurrió llevar al perro. Me miró sorprendido. Seguimos hablando y caminando yo me daba cuenta que el perro molestaba un pooo y le propuse que me acompañara a casa a dejar el perro y como la intención de él, había sido invitarme a tomar un café, lo invité a que lo tomaramos en casa. Empezamos tomando mate. Hablamos como si nos hubiéramos conocido de siempre. El estaba ansioso, quizas por el levante..., yo cada vez me sentía mas atraída. Era inevitable el fin de la situación.
Comencé a tenerle miedo, pero no quería que se fuera. Y sucedió, sentí sus labios, sentí su cuerpo, me sentí mujer. Quería que ese momento perdurara, no se, al menos toda la noche o toda la vida...sintiendo el abrigo de la pasión. Siempre quiero imposibles.
Cuando nos despedimos me dijo:"Si te llamo..., lo hago a las once. Me di cuernta que ahí concluía la historia.
Me acoste, me dormi profundamente hasta las cuatro de la mañana. A partir de esa hora y en forma ininterrumpida me desperte, y me dormía soñando con él, volviendo hacer el amor, por lo menos tres veces. No quise dormir más. A esa altura no sabía si todo había sido un sueño. Era real lo sucedido?
Fui a la heladera, recordé que había tomado vino, la botella no estaba. Pensé que tal vez tambien lo había soñado, pero que importaba si todo era producto de mi imaginación?, si de todos modos había sentido felicidad.
Volví a mi cuarto y sobre la mesita, estaban las dos cajas de Prime, ya no había duda , todo fue reall.
Por un momento pensé: Y si tuve un momento de ausencia y los compré yo? Basta! Ya era demasiado! Me dormí.-
Me desperté con el sonidoi del despertador. Volver a trabajar... Esperar un llamado que confirme lo vivido.
Ese llamado nunca llegó. Pienso que algo maravilloso vibró entre dos cuerpos sutiles y esas vivencias no se olvidan jamás.